
La novela se plantea como un grito desesperado, una llamada de auxilio, a la vez que un juicio ácido a lo que se ha dado en llamar “La FrançAfrique”, una especie de mafia neo-colonial que reúne en torno a una mesa repleta de suculentos manjares, a los títeres africanos colocados a dedo en el poder, y sus protectores franceses. Es, al mismo tiempo, una crítica apenas velada a la pervivencia de los grandes imperios, algunos de los cuales se disfrazan de repúblicas, y otros funcionan abiertamente como tales, sin complejos ni reparos éticos.
También aparecen de refilón, las cuestiones de la crucial presencia de China en África, la corrupción sistémica y endémica del régimen político neo-colonial, y la forma suigeneris cómo se vivió la pandemia en Titirilandia. Las estrategias de zombificación y de adormecimiento del pueblo a través del alcohol y del fútbol, y el amor en tiempo de madurez, completan ese cuadro esperpéntico, donde los olvidados del festín de la vida se conforman elegantemente con su destino, y observan con pasividad cómo sus opresores disfrutan tranquilamente de los productos de la tierra. Todas esas temáticas están relacionadas entre sí, y constituyen los diferentes laberintos que conducen al gigantesco cautiverio al que está sometido el pueblo titirilandés. Como hilo argumental y leitmotiv, aparece de forma intermitente la extraña enfermedad que el protagonista lleva tres años padeciendo, y que los médicos no consiguen diagnosticar con precisión.
En general, las tres partes de la trilogía están atravesadas por una particular mirada geopolítica de nuestro mundo, a través de los ojos de un africano.
Boniface Ofogo es considerado un griot en la diáspora. Nació en 1966 en Bogondo, Camerún. En 1988 se licencia en Filología Hispánica por la Universidad de Yaoundé y en 1994 se doctora por la Universidad Complutense de Madrid en Filología Hispánica con especialidad en literatura hispanoamericana.
Crónica del acto
El griot de origen camerunés Boniface Ofogo, con 35 años como narrador oral en sus espaldas, presentó en El Manglar Ecosistema Cultural su novela «El imperio de los cautivos», segunda de una trilogía que le ha impedido viajar a su país por temor a represalias. Tan dramática es la situación de Titirilandia, país africano donde la «zombificación» de la mayoría permite un régimen tiránico donde se encarcela a los opositores y gobierna una gerontocracia de nonagenarios. Esa «zombificación» se ejerce por el miedo, el uso abusivo del alcohol y los éxitos de la selección nacional de fútbol, factores de adormidera social. En África, la progresiva retirada de las viejas potencias imperiales (Francia, Inglaterra), da paso a nuevas potencias como China o Rusia que, de acuerdo con las élites de la oligarquía local, impiden el desarrollo autónomo de los países. Según Ofogo, la esperanza de Titirilandia está en la juventud: más del 50% de la población es menor de 20 años. El acto fue presentado por Manu Galán, de la Asociación Matumaini, colaboradora del mismo.






























































Debe estar conectado para enviar un comentario.