
Vivimos tiempos oscuros, tan inhumanos que hacer una propuesta al Premio de Derechos Humanos es más necesaria que nunca. Reconocer un gesto de humanidad es un ejercicio de utopía, cuando la tarea humanitaria no es lo corriente, es navegar contra corriente y exponerse a la persecución política.
La propuesta de La Ciudadana es una petición de principio: Afirmar lo que son estos premios, el sentido que tienen en los tiempos que nos toca transitar. Hay que resignificar el hecho de premiar Derechos Humanos en esta asociación que se nombra La Ciudadana y reclama la ciudadanía activa y el compromiso social desde una ciudad europea donde todavía valoramos el acto humano de socorrer a la gente emigrante que sufre naufragio en la mar y tiene derecho a ser socorrida en un barco de salvamento y a ser desembarcada y acogida en el primer puerto de arribada.
En este mundo inclemente en que malvivimos entre presiones espantosas para renunciar a la humanidad y soportar el racismo y la xenofobia que desprecia a los migrantes como mercancía indeseada que la Europa civilizada lleva a campos de concentración por la puerta trasera, es un acto de justicia poética que esta mujer valiente sea reconocida en su ciudad como una ciudadana ejemplar, digna capitana de barco que defiende contra viento y marea las normas del derecho marítimo y los Derechos Humanos de los náufragos en el mar.
Anabel Montes Mier es una ciudadana asturiana, natural de Oviedo, nacida en San Esteban de las Cruces en 1987, cuando aún estaba en pie el Muro de Berlín y la utopía de los Derechos Humanos parecía tener cabida en el mundo occidental.
Se inició en los caminos del agua en el Club Natación Ciudad de Oviedo. El destino de la vida la llevó a ser socorrista, capitana marítima y activista social al frente de la misión de la ONG Open Arms, estando hoy en día embarcada como jefa de rescates de Médicos Sin Fronteras. En su biografía destaca su labor salvando migrantes en el Mediterráneo, en aguas de Lesbos. En 2019, al mando del barco Open Arms, rescató 160 náufragos en las costas de Libia y mantuvo el derecho a desembarcarlos en puerto seguro. Lo impidieron las autoridades italianas y se plantó fondeando la nave 19 dias frente a Lampedusa, en medio de una crisis que puso en el foco la violación del Derecho Marítimo Internacional. En 2022, testificó en el juicio a Matteo Salvini por impedir el desembarco humanitario. En todo momento mantuvo la dignidad de su responsabilidad como capitana naval de un barco de salvamento, pese a los ataques políticos y al duro coste personal.
Para esta asociación cultural de una ciudad que aspira a ser plenamente europea, es un honor que Anabel Montes Mier reciba el premio Derechos Humanos 2025.

Crónica del acto
La entrega del Premio Derechos Humanos 2025 de La Ciudadana a la joven ovetense Anabel Montes Mier se convirtió en un entrañable acto donde la emoción se desbordó por momentos.
El potente discurso de la premiada, que ha sido fruto de todo tipo de amenazas, acosos y ataques por su trabajo en defensa de la vida de las personas, incluyendo la persecución judicial por parte del gobierno ultra italiano del ex ministro Salvini, llegó a levantar al numeroso público asistente de sus asientos en el Aula Escalonada de la Universidad de Oviedo. Previamente, el catedrático de Derecho Internacional Javier González Vega había disertado sobre el Derecho del Mar y las ausencias de los Estados en sus competencias de rescate. La presidenta de La Ciudadana hizo entrega de una obra diseñada por los artistas asturianos Ánxel Nava, antes de que Marisa Valle Roso tronara con su voz cantando a la lucha de las mujeres de la mina.
Anabel Montes y Marisa, mar y mina, mujeres nacidas ambas en 1987 parecen, con su fuerza, ejemplos perfectos de lucha, resistencia y solidaridad en busca de un mundo mejor, donde los Derechos Humanos pasen de ser papel mojado a convertirse en realidad. Una jornada inolvidable.







Debe estar conectado para enviar un comentario.